EDITORIAL|| MARIANA sufrió una infamia donde hay muchos responsables



Ella actuó conforme dicen debe hacerlo una buena ciudadana. Fue atacada sexualmente y denunció.


No hubo justicia ni pronta ni expedita. Pidió a las autoridades de Salud y universitarias ser cambiada de adscripción y no solo fue ignorada sino revictimizada sino que la regresaron al lugar del crimen, a Palestina.


Nadie la escuchó, no encontró ni un gramo de empatía y solidaridad. La dejaron sola a merced de la posibilidad de sufrir nuevamente una agresión.


La lanzaron a sus victimarios. Quizá no encontró otra salida. ¡No! Las mujeres ya no queremos seguir escuchando que lo lamentan, que ahora sí van a investigar y que aplicarán todo el peso de la ley.


Eso lo repiten tantas veces como se repite la impunidad. ¡No! Queremos que se pongan a trabajar, que desquiten su sueldo. Queremos no haya más “Marianas”.


En tiempos de pandemia se fue una futura doctora por la insensibilidad, los oídos sordos y la negligencia.


¡Justicia para Mariana! No es un clamor de las universitarias, es una exigencia de todas las mujeres de Chiapas, México y el mundo.


¡Ni una más! Estaremos atentas de los resultados.