De superhéroe a “héroe” caído


Molinos de viento/  Susana Solís Esquinca 


Sin medir quizá los riesgos políticos que podría haber en un futuro inmediato, el gobierno de Chiapas decidió consumar la aprehensión del doctor Gerardo Grajales Yuca en el momento más inadecuado, en tiempos en que el mundo necesita de los médicos para vencer la pandemia de Covid-19; de hecho por eso los llaman “héroes”.


Independientemente de la fragilidad jurídica con la que fue integrada la carpeta de investigación, y de que el galeno sea o no culpable, lo preocupante es la forma cuestionable que en nombre de la ley se hizo para mantener privado de la libertad al indiciado, no obstante no ser un delito grave.


La percepción ciudadana es clara y lo dicen: El caso del doctor se originó por tráfico de influencias de la hija de un político y las autoridades actuaron con abuso de autoridad; paradojas de la vida, por el mismo delito que inculpan al trabajador de la salud.


Lo inexplicable del caso es que el médico que se fraguó una rápida y buena reputación como profesional de la salud y se convirtió en el más recomendado por políticos y funcionarios pasó a ser el más denostado, es decir, de héroe a villano.


Hay que recordar que la ciudadanía no marcha pero si vota. En cada esquina, casa o centro de trabajo opinan con indignación la aprehensión de Grajales Yuca a quien gracias a los extraños vericuetos legales lo han victimizado y esto para la clase política no es bueno para el 2021.


Olvidaron que hoy, como nunca y ante la pandemia, no hay persona más importante en este momento en todo el planeta que un médico o médica. Criminalizar a uno de ellos es dispararle a los soldados, los que están en la primera línea de batalla venciendo el Covid-19; esa es la razón por las que de ser un gremio desunido hoy dan muestras de organización y cuyas movilizaciones tienen la simpatía popular, aunque se paguen desplegados o se compren espacios mediáticos.


Las dudas inevitables ante este caso persisten: ¿cuál abuso de autoridad cuando este ilícito se comete entre un superior y un subordinado y el paciente no era siquiera derechohabiente?, ¿por qué se da servicio médico a políticos y familiares en el ISSTECH si ellos administrativamente pertenecen al Instituto Mexicano del Seguro Social?, ¿por qué crean un bunker VIP en un hospital estatal para la atención de privilegiados? La sociedad no está contenta porque ya resiente la crisis económica, los trabajadores de salud tampoco lo están porque llevan cuatro meses luchando en medio de la escasez de medicamentos, insumos y confinados en los hospitales; muchos de ellos sin ver a su familia y el manejo de la pandemia ha sido un fracaso.


Hay un malestar inevitable que pasará factura en lo que más le duele a la clase política, las próximas elecciones. Y por cierto, sobre este particular ¿dónde están los políticos de izquierda o derecha, los legisladores de todos los partidos? Ah, si, aplicando la máxima: callan como momias.